Sunday, October 3, 2010

Resumen de Los hijos muertos


Dedra Joy Groff
Los hijos muertos. Novela escrita por Ana María Matute.
Se publicó por primera vez en 1958.
La copia que he leído es la presente edición que se imprimió en marzo, 1999, por Plaza y Janés Editores, S.A. Travessera de Gracia, Barcelona. Impreso en España.

Los personajes principales


Elías Corvo- Era primo de Gerardo, quince años mayor que él. (como medio hermano, ya muerto). Era alto, delgado, de manos largas y finas. Era refinado, culto. Tenía cabeza blanca, e ojos tristes. “Más culto, más refinado, con inquietudes que nunca le rozaron a él. No le comprendió nunca, pero nunca le preocupó no comprenderle”(p.17). Leía tanto.


Magdalena (esposa de Elías, ya muerta) Era una Indiana. Era dulce, lenta, de piel clara, y los ojos oscuros. Era educada, y paciente. Se murió al nacido de su hijo, el único hijo de Elías y Magdalena. 


Daniel- Es el único hijo de Elías y Magdalena. Es delgado, con ojos brillantes. En su niñez leía, como su padre, para horas y horas.

Gerardo Corvo- Primo de Elías (como medio hermano). Borracho. Siempre bebe anís. Cruel, tacaño.

Margarita- Era la primera esposa de Gerardo. Dócil. Era sumisa, fría, reposada, dulce, educada, paciente. Madre de los tres hijos primeros del Gerardo.

Isabel (hija de Gerardo y Margarita)- la mayor hija. Una mujer dura, sensible. Ama de la casa. Ella guarda la casa, y defiende lo que tiene los Corvo.

César (hijo de Gerardo y Margarita) – estudiante.

Verónica (hija de Gerardo y Margarita) (ya muerta)- la hija menor. Alta, con ojos negros de los Corvo. No habla, más que de responder.  Ella era suave y dura. Amante del Daniel Corvo.

Beatriz – una nieta del antiguo administrador del Duque. Una señorita de cuarenta años. La esposa de Gerardo. La madre de Mónica.

Mónica – (hija de Gerardo y Beatriz) Una hija que siente que no tiene lugar en su familia, todos son viejos. Ella siente sola, siempre tiene la soledad.

Tanaya – hija de los más antiguos aparceros de los Corvo. Una sirviente a la familia Corvo. Respetaba a la Isabel mucho. Amaba a la Encrucijada sin la necesidad de una razón, la amaba porqué era de su herencia.




Graciano – hijo del herrero. Un cojito. Graciano aprendió como leer porque el Pascual Dominico le enseñó. Siempre leyendo, cómo Daniel. Daniel y él tenían una amistad basada en hablar y leer. “Siempre las palabras. Siempre”(p.98).


Patinito (Miguel Patino) – amigo a Daniel. Maestro de los chicos de Hegroz después la muerte de Pascual Dominico. Amante de la literatura, los libros, las palabras-lo mismo que Daniel. Miguel es lo quien ayudaba a Daniel cuando necesitaba de salir de Hegroz.

Enrique Vidal – el amigo de Patinito, que conoce a Daniel cuándo Daniel llega en Barcelona. El ayuda Daniel mucho, es un amigo muy bueno a él.


El resumen
<!--[if !supportLists]-->I.                   <!--[endif]-->EL TIEMPO
Capítulo primero
Comienza la novela en Hegroz con la escena del funeral del guardabosque de los Corvo en el enero de 1948.
Pasa al pasado. Describe los Corvo de Hegroz, los Corvo de ayer. Los describe como  “violentos, sensuales, gentes de aluvión. No eran amados” (p.12). Describe como llegaban todos los años al pueblo de Hegroz los Corvo en su caravana. Hace referencia al poder que tenían los Corvo.
Pasa más al pasado (todavía más atrás) a los siglos antes que los Corvo. Describe Hegroz, como era durante los siglos en que las tierras de Hegroz pertenecieron al Duque (durante cerca de tres siglos). Era un época en que la gente trabajaron la tierra y “rindieron la mitad de su fruto al Duque” (p.13). Era durante un época en que las casas donde nacieron generación tras generación no eran sus casas, pero eran propiedad del Duque. Describe el Duque como “vago, inconcreto, teórico. Pero real y duro, ineludible a la hora de la partición y el tributo. A la hora de las prohibiciones, de las vedas, de la servidumbre. Cierto e irremediable como el sol, como la lluvia, como la sed de cada día. Hegroz vivió al Duque todas las jornadas, de sol a sol, y el Duque no vivió a Hegroz, ni a su hambre, ni a su esperanza” (p.14).
Pasa al época en que los Corvo adquirieron todas las tierras y los bosques de Hegroz. Describe el pasa del poder a los Corvo, y como establecieron su casa en la finca de La Encrucijada. “El Duque se fue de Hegroz” (p.15).  Describe el orgullo  de los Corvo “egoístas a todo lo que no fuera su sangre”(p. 15).
Introduce al lector que Gerardo y Elías Corvo son los últimos heredares, los últimos Corvo que quedan. Los dos son los últimos dueños de la tierra de los Corvo. “Los dos, Elías y Gerardo, últimos dueños, enterradores de su mundo. Corvo, los dos: <<Ahí van los Corvo.>> <<Sus padres eran hermanos>>” (p. 16). Entre los monólogos interiores introduce al lector las familias de los dos hombres. Introduce Margarita, esposa de Gerardo quien “Le dio tres hijos: Isabel, César y Verónica” (p.17).  Elías se casó a la edad de los cuarenta años. Se casó con una mujer se llamó Magdalena. Magdalena Rocandio, hija de un indiano oriundo de Hegroz. Alude a la herencia de Magdalena, que ella tiene sangre negra. Después de la boda el padre, Luis María Rocandio, desheredó a Magdalena. Este hecho cambió a Magdalena y ella “se doblaba en sí misma, dentro de un silencio nuevo, blanco. Su voz y su mirada se perdían” (p. 19). Ella dio luz a un hijo, el único hijo de Elías, se llamó Daniel. La mató dar luz a él.
En este momento los Corvo de  La Encrucijada consiste en Gerardo y Margarita, con sus hijos-Isabel, César, y Verónica, más Elías y el pequeño hijo Daniel. César está estudiando en Suiza. Una tarde, mientras que Elías y Daniel no estaban en la casa, la familia de Gerardo sentaba juntos  relejar y leer una carta que César les escribió desde Suiza. Elías Corvo llegaba por caballo a La Encrucijada llevando la noticia que el Banco Español del Rió de la Plata ha quebrado (p.24). La familia ha perdido casi todo menos que las tierras americanas que poseían. Los dos dueños, Elías y Gerardo, decidieron que Elías debe ir allí para liquidar las tierras. “<<Elías, vete allí tú y liquida las tierras...>> Partió Elías y quedó el pequeño Daniel con ellos, en La Encrucijada. Esperaron. Nunca, hasta entonces, supo Gerardo lo que era esperar”(págs.24-25).
Pasa cuatro meses y llega a La Encrucijada noticia que todo se había perdido. Los administradores engañaron a Elías, y él se perdió toda la tierra americana. Gerardo contienda contra los emociones interiores que siente hacia la fracasa de Elías.
En el tres de mayo del año que sigue este evento, Elías Corvo se pego un tiro. En el cuatro de junio del mismo año Daniel se despertó una noche y descubría el cuerpo de Gerardo pendía del árbol. El médico le salvó a Gerardo, y Gerardo pasó un mes en cama, recuperando de su suicidio intentado.
Para tener más dinero, Gerardo vende los bosques de Oz y Cuatro Cruces al Lucas Enríquez. La Encrucijada y los bosques de Neva son los últimos que quedan de los Corvo en este momento. Han perdido todo. En diciembre de 1930 murió la esposa de Gerardo, la Margarita.
En la primavera de cualquier año (quizás en mismo año de la muerte de la madre) César se fue de La Encrucijada. Fue a Madrid abrir una oficina con un compañero suyo. Isabel le dio a César que él es la última esperanza de la familia. Todo está arruinada. Por la urgencia de Isabel, César fue a Madrid a trabajar. “Piensa que te llevas el poco dinero que nos queda. Piensa que eres nuestra última esperanza. César, ten fe, trabaja. Trabaja. Si trabajas con empeño, tú lo verás, todo se salvará. Mientras tanto, te lo juro, yo levantaré aquí, otra vez, nuestra Encrucijada...”(p.29).
En este momento Isabel, quien ahora tiene diecinueve años, asuma el papel del ama de La Encrucijada.
El lector está introducido a la rabia de Isabel hacia Daniel. “Perezoso, arisco, malvado. Malvado, sí. Es de mala casta, es de mala voluntad. Padre, ¿no ves cómo Daniel rehúye el trabajo? Padre, ¿no te das cuenta que Daniel no ama a La Encrucijada? Padre, todos ayudamos aquí, menos Daniel...Daniel, Daniel, tienes el diablo dentro, eres de una mala sangre. Daniel, dime, ¿qué crees es la vida? ¿Qué te figuras tú que es la vida?”(págs.31-32). En este parte la autora introduce al lector la amistad fuerte que crece entre la Verónica y Daniel. La autora también introduce al lector la lucha interior de Isabel, ella lucha con sus sentimientos hacía Daniel.
El indiano Lucas Enríquez (el hombre quien compró los bosques del Gerardo) pidió la mano de la Verónica, pero ella le negó a él.
Entra Beatriz en la historia. Isabel empiece de visitar a Beatriz, hasta que un día Gerardo la acompaña a visitar la Beatriz. Seis meses después de este conocimiento, en el febrero del 1932, Beatriz y Gerardo se casaron.
Un mes después de la boda, en la mañana, llegó (“parecía”) del bosque, la señorita Isabel. Se parecía molestada y fue a su habitación. Cuándo salió de la habitación fue en busca de su padre. Habló con él y Beatriz y después, las razones nadie pudieron saber, Daniel Corvo (diecisiete años en este momento) hizo su maleta, y se fue de La Encrucijada. “Y nadie le volvió a ver”(págs.36-37). La echaron de La Encrucijada el niño de Elías.
En noviembre del mismo año Beatriz se dio luz a una hija. Beatriz murió directamente después del nacimiento de la hija. Se escondió. Gerardo y Isabel la dieron a la hija el nombre de Mónica.
Pasaron tres años. La Mónica creció feliz y en paz. Verónica continuaba de negar de casarse con Lucas Enríquez con serenidad. Durante este tiempo Daniel escribía a la Verónica, “El viejo cartero del pueblo entregaba cartas a la Tanaya....<<Carta, señorita Verónica>>...”(p.38). En abril de 1935, Verónica se fue de La Encrucijada. “Dijeron los pastores que Daniel Corvo – un Daniel crecido y extraño, como un lobo – la esperaba entre los árboles”(p.38). Sólo quedaban en La Encrucijada el Gerardo y la Isabel.
Estalló la guerra civil en el julio de 1936. La guerra no parecía tocar mucho a Hegroz, pareció una cosa lejana. Pasaban tres años y por fin llegaron unas noticias de Daniel y Verónica. Verónica se murió durante un bombardeo en 1938. La guerra civil se terminó en el año 1939. Asumieron que Daniel se fue a Francia. César continuaba de tratar de varias negocias, pero continuaba de fracasar. En el febrero de 1947 César llevó unas noticias a La Encrucijada, alguna gente le ha visto a Daniel, cerca de Hegroz, de mala salud.
Isabel escribió a Daniel y le pidió volver a la casa. Este cosa Isabel le dijo a Gerardo una mañana, y le dijo que quiere que Daniel vuelve a la casa. Le pidió a su padre olvidar y perdonar el pasado.
El capítulo llega al fin como la novela empezó...con la muerte del guardabosque. “A últimos de enero, el guardabosque de Neva sufrió el accidente que le costó la vida”(p.43). Había un tiempo desde que Isabel había escrito a Daniel, y por fin él la respondió... Le escribió a Gerardo... “Gerardo – Vuelvo si la cabaña de Neva queda libre, como supongo, por la muerte del guardabosque. No quiero vivir en La Encrucijada. Guardaré los bosques, como el otro, a cambio de lo mismo que él. Me basta con eso”(págs.43-44). Era en este manera que Daniel volvió donde los Corvo.

Capítulo segundo
 En este capítulo la autora revela los pensamientos e emociones de cada personaje sobre la llegada de Daniel. Empiece con la Mónica. Revela el temor que tiene, y su falta de entendimiento sobre la situación. Revela que siente separada de las “vida viejo” de sus hermanos y su  padre. Describe cómo su familia viven en los eventos que ya han pasados, que no viven en el presente. La autora describe sus pensamientos, “Lo echaron de esta casa. Papá, Isabel y César, lo echaron. Y ahora, todo se le h perdonado. Pero ¿qué le perdonan?....No, ya no les importa. No es que perdonen Es que ya no les importa”(p.48). Al conocer a Daniel, Mónica corre  la chopera, tiene miedo.
Pasa a los pensamientos de Gerardo Corvo. La autora revela al lector los pensamientos más íntimos del Gerardo. Piensa en sus hijas. Para él la persona más importante de su vida es la Isabel, porque ella ama la casa como él y la defiende. Ella parece ser de su tiempo, valora las cosas que a él están importantes. Piensa en la cama, y la historia que representa. Bebe anís. Piensa que Mónica fue una equivocación, que no debió nacer. La vuelta de Daniel no le emociona. Refleja en cómo Isabel tiene la culpa de echar a Daniel, y ahora es la culpable de su vuelta. Bebe más anís. “Prefiero estar entonado cuando le vuelva a hablar” (p.53).
Pasa a los pensamientos de Isabel. Revela al lector lo que sentía hacia Daniel era un amor más profundo que un amor familiar. “Cuánto, cuánto le quise, y, sin embargo, ahora yo no le amo. Estoy bien segura”(p.54). En sus pensamientos revela al lector             la razón verdadera que le echó de la casa. “Cómo pude odiarla a ella, que era mi hermana.  Ella, cuya memoria es ahora sagrada para mí. Y a él a quien amaba más que a nada en el mundo....desesperada de mi inutilidad frente al amor de ellos dos....creía que deseaba ser su madre. Que yo deseaba que él era mi hijo, que hubiera salido su cuerpo de mi propio cuerpo. Que la sangre que yo adivinaba bajo su piel fuera la misma sangre que yo notaba en mí. Pero más tarde, cuando les vi a ellos dos, juntos, cundo descubrí el amor de ella y él, supe que no era sí. Cuando vi a Verónica y a él, aquel día, comprendí que deseaba aquel cuerpo más estrechamente”(p.55). Ella trata de resolver sus sentimientos tumultuosos de la situación. “Fui yo la que envenené su vida, fui yo la que le eché de aquí. Pero Dios me ha perdonado, porque sólo Dios conoce el tormento de mi corazón. No podía dominar aquel dolor, ni podía vencerlo....Y ahora, ahora, no le amo ya...Todo aquello pasó, lo quemó el tiempo”(p.56).
Revela los pensamientos de César. Él refleja en cómo su padre “habrá bebido más de la cuenta. Como siempre. Se levantará con la lengua pesada y los ojos encarnados”. Y empiece de pensar en cómo no siente que es justo para la Mónica ser encerrada en ésta casa, con éstas personas. “¡Algún día me llevaré de aquí a Mónica! No quiero que viva aquí esa criatura. Pobre Mónica. Siempre digo lo mismo cuando vengo a casa. Luego, al marcharme, me olvido. Pero algún día me la llevaré”(págs.56-57). Revela al lector la rabia que él siente hacia su hermana Isabel. Hay mucha repetición en cómo quiere llevar a Mónica salvarla de ésta vida. Revela en sus pensamientos que él no va a dejar el pasado en el pasado, no está dispuesto a perdonar a Daniel. “No me da pena Daniel. No me inspira ninguna compasión”(p.58). Otra vez repita que Daniel quiere llevar a Mónica de aquella casa.
El capítulo llega al final cuándo Isabel aproxima a él y le dice bien venido a la casa. Ella le besó en la mejilla y se va a fuera a misa. Daniel refleja en cómo el tiempo no ha cambiado mucho, ella va a misa al mismo tiempo, como siempre. Daniel refleja en cómo parece que la Verónica va a aparecer de un momento. Piensa en cómo, a él, parece que Hegroz va a morir. “Hegroz va a morir. Harán un pantano y Hegroz morirá, de una vez. Todo acabará, por fin. Por fin”(p.59). El pensamiento final de Daniel en este capítulo es, “ ¿Dónde están mis amigos? ¿Dónde mis enemigos...?”(p.59).
           
            Capítulo tercero
El capítulo comienza con los observaciones de Daniel sobre el mal estado de Hegroz. Según él, Hegroz aparece abandonado, y casi muerto. Opina que quizá ha puesto peor a causa de las manos de Lucas Enríquez. Pinta un imagen de un lugar arruinado, sin esperanza de arreglarse. Refleja en como son las personas de Hegroz. “Daniel sabía que los de Hegroz no se querían unos a otros, que nunca tuvieron tiempo para pensar en el amor”(p.63). Daniel sabe también que los de Hegroz odian a los indianos (Corvo, Lucas Enríquez y Luis María Rocandio). Refleja que en este momento está conocido en Hegroz solo cómo un Corvo. Sabe que los de Hegroz odian a La Encrucijada. Daniel refleja en cómo regresó a Hegroz de nuevo aunque juró que nunca volvería.
Describe el cabaña del guardabosque de los Corvo, el cabaña habitado ahora por Daniel. Presenta las actividades diarios de Daniel. Nota el voz narrativa que “Sus días podían transcurrir en el silencio. Como años antes – cuando era un muchacho de la mano de Verónica, en aquel mismo bosque, preocupado y vagabundo, oscuro soñador”(p.68).
La narrativa pasa al recuerdo de la memoria de la Tanaya, y la época en que el Daniel tenía catorce años. Refleja en cómo empezaba la amistad entre Verónica y Daniel, cómo al principio negaba a ella su amistad porque “Verónica era de ellos, de los otros, de los de la casa”(p.69). Sus pensamientos son fluidos, pasando de las memorias de la Tanaya, y llegando a las memorias de la Verónica. Recuerda cómo Tanaya esperaba para los dos chicas visitarla, y cuánto ella los quiso. Refleja en cómo ella parecía mucho mayor que los dos chicos pero, solamente tenía veinticinco años.
Recuerda cómo Tanaya contaba a ellos historias de la Encrucijada del pasado, la época en que la Encrucijada era mejor. Ella le contaba como era su madre, Magdalena. Le contaba que cuándo era niña sentaba fuera de la grande casa de la Encrucijada mirar a Gerardo, Elías, Magdalena, Margarita y sus amigos allí dentro.
Pasa al recuerdo de una época de la siembra cuándo llegó a la Encrucijada un hombre ayudar a la Tanaya, aquel hombre se llama Andrés. Trabajaba duro durante la siembra, y al fin se fue. Un poco después, la Tanaya anuncia a la Isabel que va a tener un hijo (hijo de Andrés). Isabel respondió de manera llena de odio, y Daniel es testigo de la conversación que pasaba entre las dos mujeres. Es en este momento que Daniel empiece de odiar a Gerardo, e a Isabel. “Daniel vio arrodillarse a la Tanaya, y le dolieron a él las rodillas, como si le quemasen, y la rabia le ahogó cuando la oyó decir- <<No me eche, señorita Isabel; déjame guardar aquí el hijo.>> Y la otra dijo:<<Puerca, puerca, en que has acabado.>>...<< Que Dios te perdone, desgraciada, pero ese hijo no entrará nunca en La Encrucijada.>> Y la Tanaya se levantó y salió por la puerta de atrás, la de los criados” (págs.78-79). Daniel la sigue (mientras que Isabel está gritando que no debe seguirla) y la dijo.. “Me alegro de que tenga un hijo la Tanaya”(p.79).
Se siente odio a todos que son como Gerardo y los suyo y está contento cuando se lo dice Gerardo, “<<Quita de ahí, nieto de esclavos; tú no eres de mi casta, sangre de cuatreros y criadas, eres la vergüenza de mi casa>>, e Isabel misma: <<Haragán, tramposo, bien te sale la sangre que llevas...>>”(p.79).  Después del día en que transcurrió este discusión entre la Tanaya y la Isabel, el comenzaba de pasar más tiempo con los de a jornal, los sirvientes, los descalzos.
Otra vez la autora muestra los sentimientos que sentía Daniel hacia Verónica. “A él le llamaba el río, él lo sabía. Entonces arrastraba a Verónica tras él, porque la hubiera querido arrancar de La Encrucijada. Y la veía con su vestido sencillo, a menudo roto y le nacía, mirándola, una escondida ternura...No, no era como Isabel”(p.80). Otra vez, la voz narrativa presenta la diferencia que hay entre él y los otros, “Ah, él era de los otros, de los tachados, de los impuros. Y los eligió. Ya sabía cuál era su pecado- la pobreza. Ya sabía cuál era su mancha, cuál era su maldad- la pobreza. Iría con los suyos, con los desarrapados, con el odio, con la tristeza, con la muerte, con los piojos, el barro, la amargura. Y no se quedaría en ello, no se hundiría en ello....Odió La Encrucijada”(p.81).
Llegó el día del nacimiento de la niña de la Tanaya. Verónica tomó de la mano a Daniel y los dos corrieron hasta al pabellón de la Tanaya. En algún momento después de este momento Daniel se da cuenta de su amor hacia Verónica. “No entendió su amor hacia Verónica, quizás, hasta aquel día. Aquel día, después de ver a la Tanaya, sin acertarse aún el por qué, sus sentimientos se volvieron hacia Verónica de un modo claro y simple, certísimo. No sabía si fue aquel mismo día, o el siguiente, o mucho después. Lo cierto es que sucedió en el bosque al lado del río”(p.87).
Entonces, empezó el amor entre los dos. “Empezaba un tiempo de realidades, en ellos. No había ni duda, ni miedo. Conscientes de su elección, responsables. Él la amó porque era así: un poco dura, tersa, cierta, sin sueños. La necesitaba como era: fiel y obstinada, sin pasado. La encontró como la deseaba, como la hizo, tal vez sin proponérselo. A veces, hasta en su amor había una rabia callada, ciega, empujándole, siempre empujándole a ir rompiendo su propio camino. Cuando se escapaban al bosque, ni se lo decían. Sólo se miraban, y se iban juntos, de la mano, como dos niños aun. Perseguidos por los celos de Isabel, por sus tristes llamadas desde un desamparo total de la vida. Porque la vida, a pesar de todo, contra todo, no estaba en La Encrucijada. La vida estaba con ellos, en el boque, en el pabellón de la Tanaya, en la calle de la Sangre”(págs.89-90).
Pocos días después del nacimiento de la niña, la Tanaya regresó a trabajar. Habla con Daniel de lo que pasó con el hombre y que no sé cómo pude ser pecado, que no se cómo la Gabriela puede ser pecado. “ ¡Porque él me miró desde el primer momento con buenos ojos! Y hasta me dijo: “Si no fuera así, como un ladrón, de puerta a puerta, me casaría con una como tú.” Ay, Danielito; aquí dentro, en el mismo corazón,  sabía que era mi marido. No entiendo cómo puede ser pecado. Luego él se fue, porque Dios así lo quiere”(p.91). El día siguiente Verónica le dijo a Daniel que la Tanaya quiere que bautizar a la niña, y quiere que los dos son los padrinos. Entonces, llevan a la niña a la iglesia y el párroco la bautiza.
Unas semanas más tarde, es cuándo Lucas Enríquez pidió la mano de Verónica. Verónica le rehúsa. Isabel se puso muy enojada, y revolvió contra Daniel. Gerardo dijo a Daniel “Te van a salir mal las cuentas, si crees que te vas a casar con ella. ¡Ni un céntimo será del que no se lo gane!” Daniel sube al desván, enojado, y pasa el noche les deseando la muerte a la Isabel y Gerardo. En la mañana, temprano, se fue de la casa y pasó el día solitario. De vuelto, encontró que la niña de la Tanaya ha muerto. Daniel se quedó con la Tanaya y la enterraron al día siguiente la cajita con la niña encima. Volvió a La Encrucijada cuando ya esta noche otra vez. Fue a la cocina buscar comida, y Marta le dijo que la Verónica ha dicho “no” al Lucas Enríquez. Verónica espera al pared de jardín y él la dice “No quiero que te vuelvas como Isabel”(p.93). En este momento la voz narrativa revela al lector que “ellos sabían que su camino había comenzado y que ya no pararían allí”(p.93).
La historia regresa al presente de Daniel. Vuelva a la cabaña al mediodía, y sigue caminar cerca del río. Camina por los bosques y hacia Hegroz. Llega al Hegroz y entra en la taberna de la calle de la Sangre. Pasa un rato allí bebiendo vino hasta que se nota que ha bebido demasiado. Paga y se va de la taberna . (presenta al lector memorias del Graciano, su amigo, un cojito- hijo de herrero. Daniel y él tenían una amistad basada en el amor de los libros y de las palabras). Daniel llega al bosque en la tarde, siente un cierto miedo de que alguien estaba persiguiéndole. Se da cuenta que esta solo y nadie le ha perseguido. 
Llega el verano. Daniel pasa tanto tiempo en la taberna. Siempre sentando allí perdido en sus pensamientos. Cuándo alguien trate de invitarle beber con ellos Daniel siempre rehusaría los tragos y a los hombres, y se iba al bosque de nuevo.
           
            Capítulo Cuarto
Pasa a los memorias que tiene Daniel del Graciano, el hijo del herrero, y sus memorias de Patinito (Miguel). La voz narrativa revela al lector cómo pasó que Patinito llegó en Hegroz. El maestro, Pascual Dominico había muerto (el borracho, viejo). Llegó al pueblo Miguel Patino (de edad 25 años). Daniel y Patinito les conocieron por primera vez cuándo Daniel estaba buscando Graciano. Le encontró sentado al lado de Patinito con un libro. La voz narrativa revela que es difícil decir cómo empezaba la amistad entre Daniel y Patinito. Quizás era porque estaba sentando con un libro al primera vez que Daniel le conocía, y por eso le hablaba con él.
La autor revela al lector la vida del Patinito. Cómo estudiaba y estudiaba. Vivía en pobreza todo la niñez hasta que la madre de Patinito conoció a Enrique Vidal. Enrique metió en la imprenta al Patinito. Trabajaba en la imprenta durante el día y estudiaba por la noche. Patinito llegó a Hegroz tomar lugar de maestro a los chicos que Pascual Dominico ha enseñado antes que se murió. “<<Al fin, conseguí lo que soy: un pobre maestrillo de escuela. Pero también así y por eso lo escogí, puede hacerse mucho. No todo el mundo tiene vocación para enseñar: y yo creo que he nacido exclusivamente para eso.>> Era verdad que el Patinito tenía celo y amor a la escuela. Los chicos de Hegroz le respetaron como no supieron hacerlo ante los puños contundentes de Pascual Dominico” (p.111). La voz narrativa revela que las viejas de Hegroz no le gustaban porque creían que sus ideas eran malas y que sus ideas eran venenoso a las mentes y almas de los jóvenes de Hegroz. Tenía ideas extraños, nuevos, y esto no les gustaban.
Pasa a un día cuándo Daniel encontró Verónica, ella estaba llorando. Ella no lloraba nunca. Era extraño. Verónica sentía tristeza antes de la llegada de Beatriz, nueva esposa de Gerardo. Era una tristeza que no podía explicar o entender. Tres semanas más tarde, la Beatriz entro en la Encrucijada.
Verónica y Daniel  van al bosque, y este es el día fatídico (o un día parecida) que “Isabel les siguió al bosque y les descubrió. Cuando bajó a la casa, aterrada, blanca como las velas, según dijo luego la Tanaya. <<Esa indecente, en sus brazos…,padre, padre, esa perdida.>>”(p.115). Le encerraron a Verónica en su habitación. A Daniel, “Gerardo le cogió por el hombro, estrujándole la tela de la camisa dentro del puño, levantándolo hacia arriba, tirando de él hacia arriba con su brazo de hierro como si deseara estrellarlo contra algo...<<Malvado, malvado... ¡qué gran pecado el tuyo! ¡Has perdido a Verónica..! Pero no creas que salieron bien tus cálculos: nunca, nunca, mientras yo viva, te casarás con ella>>
Después de declarando a Gerardo e Isabel  “Me voy de aquí. Soy yo quien me voy de aquí....Estoy contra vosotros, no os debo nada, y estoy contra vosotros”(p.116), Daniel se fue de la casa a las once de la noche. Camina a la casa de Miguel y los dos van a la taberna hablar de lo que pasó. Daniel canta al Miguel la historia de lo que transcurrió aquel día. Deciden que Daniel iba a la ciudad del Patinito. Patinito escriba para Daniel nombres, y calles. Le dio a Daniel dinero suficiente para el viaje. Daniel se fue de Hegroz cuándo tenia diecisiete años, era el doce de marzo del año novecientos treinta y dos.
Pasa al presente de Daniel otra vez. Describe la taberna del Moro. Introduce Diego Herrera, Jefe de Destacamento Penal de Hegroz. Introduce el mundo posguerra de aquellos hombres. Describe cómo “para los hombres de Hegroz que fueron a la guerra, la guerra fue sólo un extraño día de siega, demasiado largo, donde se defendió algo que ellos no alcanzaban, y que, afortunadamente, ya había acabado”(p.120). Explica la voz narrativa que no existen los amigos en hegroz. “No, en Hegroz bien lo sabía Daniel, no había amigos. Había hombres cansados, que al anochecer, o a la noche cerrada, se metían todos en la taberna y bebían vino, codo a codo. Describe la atmósfera de la taberna y describe cómo los hombres la necesitan.
Regresa la historia hacía el pasado de Daniel, hacía su viaje y llegada en Barcelona. Llegó a un bar, que “no era como la taberna del Muro”(p.124). Sonaba en el bar música de la época- la trompeta de Louis Armstrong, el clarinete de Benny Goodman, las melodías de Duke Ellington. La voz narrativa pinta n imagen del hombre fuera de su mundo propio- solitario. “A su lado, en el suelo, la vieja maleta de Elías Corvo, hablando de pasadas grandezas, con sus iniciales correas, tenía algo de perro dócil, viejo amigo, mansurrón y paciente”(p.124). La ciudad era diferente que el mundo de que él venia, la gente caminó por las calles con prisa, los periódicos son del momento- no como los retrasados que llegan al Hegroz. Había llegado en Barcelona- su esperanza, su vida nueva. Siguió las instrucciones que le dio el Patinito. Tomó el tranvía 29 hasta la Plaza de Cataluña. Todo pareció nuevo, extraño a Daniel. Bajó del tranvía. Fue en busca de la calle Conde del Asalto o de la Unión, como ha dicho Miguel. No había comido nada hacía más de doce horas. Acercó a un bar en la esquina de la calle San Ramón-Bárbara. La voz narrativa revela que es al comienza de una vida nuevo, que “llegaba, ahora, para él un tiempo de acción. Estaba preparado. Lleno de voluntad y de fe. La nueva vida empezaba, estaba seguro. Tenía que empezar. La vida era alo grande y áspero que no podía eludirse, que no podía olvidarse. No se podían cerrar los ojos a la vida, como Isabel, como Gerardo. Él era diferente. Él sería diferente.
En el presente de Daniel “empezaron a encontrarse Diego Herrera y Daniel Corvo”(p.134).
Regresa al pasado. Daniel salió del bar y caminó por las calles hacía la imprenta Gellar. Entró y preguntó para Enrique Vidal. Le dio la carta escrito por Patinito. Le dijo a Daniel “ ¿Puedes esperarme en “El Cocodrilo” a la una y media?” Daniel regresó a la calle.
           
            Capítulo quinto
La vida presente de Daniel continua en Hegroz. Pasa tiempo en la taberna, camina por los bosques.
Pasa la historia otra vez al pasado, a Barcelona. Pasa al reunión de Enrique y el joven Daniel. Enrique le dijo que no puede hacer mucho para él pero hará lo que pueda aunque los tiempos son duros. Porqué Daniel era mejor amigo a Miguel y porque Enrique le quiera a Miguel ayudará a Daniel. Le dijo a Daniel esperar quince días.
Todavía el pesado de sus sentimientos hacia Verónica le dolaban a Daniel. La echa de menos a ella.
Entonces, Daniel pasa los primeros días- sabiendo la ciudad. Pasaron aquellos días. Iba al centro de la ciudad. Observaba todo- miraba a todo. Era ignorante, inocente, sencillo. Vivió “en la oscura habitación de la calle de la Unión...bebía, leía, aprendía...Quinces días..esperaba”(p.148).
Era un Dominga y Daniel visitaba la casa de Enríquez por primera vez. Así comenzó el costumbre. En los domingos los dos iban al bar hablar, o comían en la casa con la esposa de Enrique, Maria. Después de Abril Daniel empezó, al fin, en la imprenta. Le gustó el trabajo, como el Patinito había gustado en el otro tiempo.
Enrique estaba afiliada a la UGT (Unión general de trabajadores). Daniel empezó a llevarle consigo. Acompáñale a los reuniones en el Local Social del Partido. Escuchaba con cuidado, pensaba. “Acudía a sus reuniones, al lado de Enrique, y escuchaba sus planes, sus consignas, sus discusiones. Seguía el paro obrero, la retirada de capitales, los paros de industrias. La huelga, el descontento, la inquietud. El hambre. La miseria, la venganza, fermentaban como los despojos al sol..Enrique Vidal hablaba, y él le escuchaba. Luego, abría los periódicos y leía. El dinero emigraba, se ocultaba, se quedaba agazapado, quieto, estólido, duro, como un bloque de granito... <<Los capitalistas llevan su dinero al extranjero. Los capitalistas no construyen casas, no cultivan las tierras>>”(p.156). Daniel sentía una alianza con este partido, formaba una alianza.
En el año 1934 entró Daniel en el periódico. Uno de los jefes era amigo de Enriques Nidal, se llamó Andrés Barbo.
Comenzó un tiempo distinto, raro. Trabajó a la imprenta Gellar durante el día, y por las noches al periódico. Era absorbente y determinado. Dormía poco y en la madrugada escribía a Verónica (era en aquel tiempo que sus pensamientos volvieron muchas veces hacía ella). Escribía “cartas larga, apasionadas que tal vez no decían nada de su amor. Verónica era la puerta abierta de sus palabras y de sus deseos”(p.159). Ella respondía a él con respuestas sencillas. Solamente quería saber cuando podría ir consigo. Pero él necesitaba estar solo en ésta época de la vida.
En este momento Daniel tenía 19 años, pero sentía más viejo. En el periódico empezó cómo ayudante de platina ya pasó a corrector de pruebas. Tenía la oportunidad de conocer a periodistas. Cada noche empezó a trabajar a las diez de la noche y salía a las tres de la mañana.
María (mujer de Enrique) surgió a Daniel que debía traer Verónica a Barcelona. Le dijo que ella pudiera habitar en la casa. Le dijo que a ella (a Maria) sería mejor también porque tiene la habitación vacío (donde durmió su hijo, el hijo muerto). Enrique dijo a Daniel que Maria tenía razón. “Tráetela. Es mejor. Se avecinan cosas. Tráetela. Es mejor que estéis juntos, si la quieres...Ya sabes, lo ha dicho María; como si fuera de la casa. Ahí está el cuarto, vacio...Ahora será mejor para ella también.” Las urgencias de los dos causaban Daniel volver a la inquietud y nostalgia hacía Verónica.

            Capítulo sexto
La historia vuelve al presente de Daniel, en Hegroz. Es un día con una paz enorme, en todo. Contempla de comprar un perro. Piense en como un perro sería un buen amigo. Recuerda un perro de su niñez, un perro que estaba de Verónica y el. Decide que no comprará un perro.
Otra vez la autor vuelve el lector al pasado de Daniel (este día no tuvo ninguna paz). Otra vez estamos en Barcelona. El año era 1936, el 24 de julio. Daniel tenía 21 años. En este momento sabemos que Verónica está viviendo en la casa de Enrique y Maria en Barcelona. La pareja de amantes han compartido la habitación del hijo muerto para un año.
En aquel día, aquella mañana Daniel se fue de la casa. Se despidió a Verónica. (A ver a la historia de la guerra civil de España sabemos que aquel día de la historia era cuándo los primeros voluntarios se fueron de Barcelona luchar en la guerra. Los voluntarios embarcaron y se fueron para Mallorca). “Una mancha grande, siniestra, iba invadiendo lentamente la ciudad. Ellos estaban en el centro de aquella mancha”(p.177). Daniel no daba explicaciones a Verónica de donde se irá “( ¿Cómo iba a decirle- “Me embarco hacia Mallorca?”)(p.178). Las dos mujeres (Verónica y María) quedaban solas en la casa sin saber donde se fueron sus hombres o cuándo (o si) volverían. “Allí, en el mar, estaba el barco...Embarcaron”(p.179).
Describe la voz narrativa la atmósfera en el barco. Los hombres están alianzadas por la misma causa. El barco está llena al borde de hombres.
Desembarcaron en Mahón. En el Castillo-Cuartel Daniel estaba guardaria de los prisioneros. Estaba difícil para Daniel guardarles. “(Matar a un hombre es diferente a guardarlo, a privarle del sol y de la lluvia, del campo, de la palabra)”(p.187-188). Reembarcaron los hombres y fueron al mar de nuevo. Desembarcaron en una playa. La voz narrativa describe las batallas, los fuegos. Describe la primera batalla. Revela los pensamientos, sentimientos, y miedos de Daniel hacía la guerra y las batallas.
Introduce una personaje nueva en la historia- se llama Magdalena. Ella era una enfermera, viajando con la barca. Revela la guerra, y las batallas desde su punto de vista. Ella se dio cuenta del miedo de los hombres,  del cansancio de los hombres y de la miseria de los hombres (p.199).
En el presente de Daniel, en Hegroz, cuándo Diego Herrera entró en la taberna y los dos bebieron juntos (pareció naturalmente, por accidente). Herrero empiece de hablar de la guerra, del frente del Ebro...Daniel le dice “Yo también estuve allí”. Diego Herrera levantó el vaso, “Por el frente del Ebro”- dijo.
La voz narrativa describe el frente del Ebro- y el río llena de los muertos.
           
            Capítulo séptimo
Vuelve al presente. Daniel corvo va a donde vive Diego. Llega al Valle de las Piedras.  Los dos hombres entran en la casa de Diego y hablan. Hablan de la guerra, y hablan de cómo pasó que Daniel ha regresado a Hegroz. Revela al lector que Daniel regresó porque está enfermo.
“-Estuve en Argelès. Luego, en Agde...Agde era peor, en cierto modo. Para mí, por lo menos, peor. Salí de allí para las minas, en un batallón de trabajadores...Sí, salían bastantes, y hasta hubo un plante, creo. En fin, estuve en las minas durante toda la guerra...Luego, al acabar es cuando se me presentó el mal...-No es ningún secreto: silicosis, creo que le llaman. Es algo que viene de allí, el polvo del mineral entra en uno por los oídos, por la boca... ¡en in, ya puede hacerse una idea! Le llena a uno los pulmones. Estuve en el hospital tiempo, mucho tiempo...Me dijeron: <<No hay nada que hacer si no vive al aire libre. Mucho oxígeno, y trabajar poco.>>
(una anotada histórica sobre la historia- “Camp de concentration d'Argelès-sur-Mer” era un campo de concentración donde establecido en Francia en el febrero del año 1939 para los miembros de la retirada (los del Ejercito Popular Republicano) después de que estaban derrotadas. En Agde también estaba un campo de concentración. La gente estaban obligados ir a los campos por el régimen del Franco)
Entonces, aquí es la razón que Daniel regresaba a Hegroz. Los dos hombres hablan más de la guerra, de la gente que han perdidos. Daniel le dijo de la muerte de Verónica (y de su hijo ya no nacido). Diego Herrera le dijo de su hijo perdido en la guerra. Diego Herrera trata de convencer a Daniel que todavía existe fe, existe la esperanza.  Daniel da su respuesta... “-Pero, dijo despacio- hay una gran diferencia entre nosotros dos. Yo perdí la guerra, y usted la ganó.”
Pasa otra vez a la guerra. Era el año 1939. Estaban en un pueblo pequeño del Segre- un pueblo en ruinas. Pasaban los meses. Diciembre. Enero. “Estaba el <<Frente de Serós>>”. La aviación bombardeaba y ellos cruzaban el puente sobre el río. Daniel Corvo tenía 24 años cuándo retrocedían.
Regresó a Barcelona. Todo es un caos. En este momento era el 23 o 24 de enero. Fue a la casa de Enrique. Encontró María. Durmió allá por la noche. (Enrique no estaba, y él no preguntó) María le dijo en la mañana... “Créeme, vete, Procura marchar a Francia. Es mejor. De momento, es mejor”(p.222). Con tantos otros, tomó la carretera, viajando hasta Figueras. Llegaron a Figueras, pero todo estaba inútil. “Había llegado el desbordamiento”(p.225).
(una anotada histórica sobre la historia- en el 25 de enero de 1939 Juan Negrin (líder del partido socialista) se mudó su gobierno de Barcelona hacia Figueras, en el 26 de enero de 1939 Barcelona calló a los manos de las nacionalistas)
           
            Capítulo octavo
En el presente (en Hegroz) Isabel decide ir a visitar a Daniel. Va a los bosques. Les hablan “- ¿Y a que debo esta visita?- dijo él entonces”(p.231). Parecía que Isabel había venido pedirle perdón, pero las palabras no parecen de este modo. El lector puede sentir los afectos de las palabras tumultuosas.

-“ Daniel hermano mió...
<!--[if !supportLists]-->-         <!--[endif]-->¿Hermano? No te portaste como tal...
<!--[if !supportLists]-->-         <!--[endif]-->Daniel, olvido,... ¡Todos hemos olvidado! Yo también...Tu sabes, Daniel que no te portaste bien fue justo lo que hizo contigo, Daniel, tú te portaste como un ladrón! ¡Sí, sí! Si vuelves la cabeza atrás y recuerdas... Hasta que ella...tú y ella... ¡ AH, Daniel no me obligues a recordar toda vuestra desvergüenza! ¡Qué vergüenza nos trajiste a casa, qué vergüenza y que castigo!”
Las palabras de Isabel vienen fuertes. Hasta ahora Daniel no había respuesta. Se enoja y se acerca a ella. Ella no ha venido disculparse para nada ,o sea, quizás trató pero tiene la corazón tan duro admitir sus culpas. Daniel la dijo,
            “A esto has venido? ¡Ah, Isabel, tú no conoces más que un solo pecado, sólo recuerdas aquello, aquella tarde, aquel día! ¡También yo te veo aún también yo te estoy viendo todavía, y recuerdo hasta la última de tus palabras! Me alegra saber que tú no olvidas, que tú no puedes olvidar. Quizá descubriste aquella tarde el gran pecado de tu vida. Estábamos en el bosque, sí, y tú lo habías visto todo... ¡ no, no vuelvas la cabeza, no fijas una vergüenza que no sientes!” ....

Cuándo Isabel le dijo que le quiere, él responde, “ Perdona, Isabel –dijo-. Esto es ridículo. No viene a qué exaltarse a estas alturas”(p.233-237). Ella continua tratando de convencerle venir a visitar la casa.
Pasa otra vez al pasado, a la avanza de miles de personas. Hombres mujeres, niños. Era en el primero de febrero. “Avanzaban, de prisa, en grupos de todas clases, y avanzando de todas formas. Andando en carros, en coches, en camiones...no había otro remedio ni otra solución”(p.239). La descripción de la avanza pinta un imagen de la soledad que existía entre aquellos personas.
Termina el capítulo con el fin de la conversación entre Isabel y Daniel en el presente de Hegroz. Se despidieron, y ella le dijo de la soledad que sienten ella y Gerardo, le surgió otra vez venir a la casa. Ella se fue de la cabaña de Daniel. 
           
<!--[if !supportLists]-->II.                <!--[endif]-->EL HAMBRE Y LA SED
Capítulo primero, segundo, y tercero
Al comienza nos introduce a Miguel Fernández. Es el abril de 1948. En este momento sabe el lector que sufre de desmayos (el humo). También sabe que tiene un pie herido. Habita en el Destacamento Penal de Hegroz, en donde los presos trabajan a la presa de pantano.
Vuelve a sus pensamientos y sus recuerdos de su niñez. Describe al lector su padre y los amigos de su padre. Describe la comienza de la guerra desde punto de vista de un hijo de un anarquista. Él no sabía nada realmente, solo vio algunas cosas.
Pasa al presente de Miguel. Es el día siguiente y en vez de ir a la presa del pantano, el jefe (Diego Herrera) llámale a su oficina. Diego empiece de hablar del padre del chico. Habla del mal que era y que “era un hombre equivocado” (p.273). Le dijo que “ Yo comprendo que conserves un recuerdo idealizado de él”(p.273). Diego no sabes que Miguel “no pensaba nunca en su padre ni en los amigos de su padre. Aquello había acabado, no le pertenecía, era un mundo que no tenía nada que ver con él. No podía no tenía tiempo de interesarle. ¿Qué le importaban él esas cosas pasadas, que no le resolvieron nada?(p.275). Entonces, Diego le dice a Miguel que le gustará estar su asistente. “No volverás a la presa” – dijo el jefe – “Te quedarás aquí”(p.277). El lector sabe que Miguel no le gusta a Diego Herrera, pero, en este momento no dice nada de esto a Diego. Diego quiere que Miguel no perderse. Explica a Miguel que “tú no tienes fe ni esperanza. Ése es tu único mal, el que te ha traído aquí”(p.277). Se pone como asistente para mejorar la vida de Miguel y mostrarle que hay cuántas cosas delante de él. Desde aquel día Miguel no vuelves a la presa. Figuró como asistente a Diego. Ayudaba el jefe. A veces les acompañaba la Guardia Civil. Pero, continuaba indiferente a Diego. No le respeta. La herida de su pie le dolía mucho y no sanó de prisa.
Miguel y Mónica empiecen de encontrarse (aunque en este momento no les conocen por nombre). Él empezó de verla cerca del río. La primera vez era cuándo ella estaba de vuelta a la Encrucijada. La voz narrativa revela los pensamientos de los dos hacía unos a otros. Revela la frustración que Mónica siente en su vida. Tiene frustración hacia las reglas que Isabel le da. Isabel nunca explica porque ella no puede hacer ciertas cosas. Hay un gran parte de este capítulo dedicado a los pensamientos y sentimientos de los dos al momento de ver por primera vez. Al ver primera vez, no hablaban, y muchas veces después se encontraban pero no hablaban nunca.
Él piensa que “sobre todo, había en Mónica algo que no se podía definir”(p.282). Ella piensa en el “Ese chico me da pena también. No sé por qué, pero me da pena”(p.288). La Mónica sabe que está prohibido ir cerca de la Valle de Piedras y que no puede hablar con los chicos de allá. Sabe que según su hermana y según la Tanaya, los hombres y chicos de la Valle de las Piedras son de mala sangre, son peligrosos, criminales, ladrones. Para ella, este chico no parece ser peligroso. Ella pensó a verle “No tiene cara de criminal” (p.287).
Varios días después de oír la Tanaya y Isabel hablar de lo malo que es en la Valle de Piedra, Mónica encontró a Miguel y le sonrió a él. “El se quedó perplejo”(p.296).
El capítulo tercero revela al lector la amistad que empiece de crecer entre Mónica y Miguel. No es amistad exactamente, pero algo así.
En el capítulo cuarto la voz activa muestra los sentimientos de Daniel. Daniel refleja en su perdida Victoria. Piensa en la carta que mandó a él la María decirle que Verónica y la vida creciendo adentro de ella han muerto. Refleja en cómo es mejor así. Es mejor que ella nunca llega a sufrir tal cómo él. Ella nunca sentía la soledad cómo él. La voz narrativa revela Gerardo Coro, solitario, en su habitación. El lector sabe sus pensamientos, “Estúpido. Quería vengar a mi tiempo, a los de mi tiempo, los de mis noches larga, los de mi plata y mis criados, los de mi fuerza. Quería vengar mis injusticias, las mujeres que amé, los hijos que olvidé, mi goce por a vida, mi placer, mi grandeza. Quería vengar la miseria que me rodeaba. A los que humillé y a los que perdí. Y está ahí arriba, con un rifle mudo, quieto, vigilando mis bosques, mis ruinas, aún mías, todavía mías. Cobarde. Estúpido. Corteza de hombre falso hombre en pie”(p.310).
           
            Capítulo quinto
Comienza el capítulo con un recuerda de la conversación que tuvieron Mónica y Miguel la tarde anterior. La conversación revela cómo Mónica quiere ver al mar y cómo a él parece tan raro que alguien nunca ha visto al mar. Revela los pensamientos de Miguel sobre a vida de ella. Siente triste para ella y su vida protegida.
Recordar este conversación lleva los pensamientos del Miguel hacía su niñez. Recuerda la comienza de la guerra y como su padre  y él y dos familias más viajaban hacia Barcelona. É no entendía nada de las cosas que pasaban. Era muy joven. Recuerda cómo los tres familias vivían en un piso juntos, en Barcelona. Chito y él siempre estaban juntos y su amistad durante los primeros tiempos allá crecían más fuerte. Los dos  dormían juntos en la misma cama con el abuelo Mongo. Recuerda que durante aquel tiempo no vi mucho a su padre. Su padre, el Andaluz y los Mongos se fueron al frente como voluntarios.
Recuerda como las milicianas traían a las familias comidas buenas, y cómo a veces su padre llegaba del frente visitarles. Recuerda cómo su padre siempre estaba al centro de toda.
Recuerda la caos que existió para la familia cuándo ganaron los comunistas. Cuando les echaron del piso su madre y él fueron a casa de la Aurelia y un viejo capitán marinero en la calle del Mar. Recuerda de cómo su madre y la Auriela hablaban de llevarle lejos de Barcelona. Auriela dijo que sería mejor para él.
           
            Capítulo sexto
Es el 10 de septiembre en Hegroz. Daniel encuentra a Diego Herrera y los presos en el bosque en la mañana. Los dos hombres hablan un rato de sus hijos muertos, casualidades de la guerra. Hablan del joven, Miguel. Hablan de cómo Diego está tratando de ayudarle. “El chico ha crecido mal, eso no lo podemos negar –continuó Herrera-. Ha visto muchas cosas y ha profundizado en muy pocas. Ha padecido demasiado, y lo ignora: éste es el peor de sus males. Está demasiado preparado para el dolor. No le costará nada hacer el mal. Hará tanto daño como ha soportado, y no lo sabrá ni podrá evitarlo”(p.339).  Los dos van juntos a la taberna.
En la mañana Miguel llega a la cabaña de Daniel. Le trae una carta de Diego. Daniel está esperando su respuesta, entonces Daniel invita el chico entrar en la cabaña beber un trago mientras lee la carta. La carta está un invito a comer el día de la Merced (una fiesta en el barracón). Daniel escribe que asistirá la fiesta. Daniel y Miguel hablan. Hablan un poco de la guerra. Daniel le pregunta su opinión de su padre y de él del lado que tuvieron en la guerra. “Que piensas de nosotros...de tu padre y mi?” Miguel se desprendió de su mano. Daniel le notó molesto, quizás aburrido de sus preguntas. – Ah, qué sé yo! Nada. No pienso nada. ¿Para qué si ya ha pasado? ¡No se va a estar uno toda la vida pensando en esas cosas, si no tienen remedio!” (p.346).
Pasa al pasado de Daniel- al tiempo de su exiliado en Francia. Explica la voz narrativa cómo llegó a encontrarse en un campo de concentración en Argelès. Los hombres que estaban viajando desde Barcelona llegaban en Perthus (Francia) que era medio Francés, medio español. Daniel pensó en sus amigo, en Maria, y Enrique y Patinito. Pensó “<<Que habrá sido del Patinito>> Si no fuera por él no estaría aquella noche allí, escondido y errante como un lobo, por el campo de Francia”(p.350). Cuenta de su viaje en Francia, escondido y ayudado por alianzas en camino. “Llevaba dentro una noche fría, negra...era un hombre solo, un animal huido. Oyó unas voces apagadas. Alguien había entrado escondidamente en la cuadra. Hablaban. No entendió lo que decían, pero hablaban en español. Se hundió más entre la alfalfa. No quería que le descubrieran. No quería que le hablasen, que le mirasen ,que le tendieran la mano. Había llegado el tiempo de la soledad. Tenía necesidad de su soledad. Estaba cansado de riadas humanas, de muchedumbre, de manadas. Quería estar solo. Y por primera vez, se dijo a sí mismo: <<La guerra ha terminado>>”(p.353-353). 
Entendió que si lo descubrían iría a encontrarse en un campo de concentración. Por fin llegó a Boule Terner y encontró una casa en las afueras del pueblo donde vivía un viejo borracho español quien estaba feliz de hablar con un compartía.
“La constante amenaza del campo de concentración era a cada instante más cierta, casi palpable”(p.355). Pasó tiempo allá hasta que un día cuándo La Garde Mobile, armada, rodeó el local que frecuentaba. “Los pidieron la documentación...<<Profesión. Nombre. Edad. Qué fueron durante la guerra>>”(p.360). En fin les dijeron que necesitaban ir a hablar con el delgado del Perfecto. Estaban dicho que todavía mantenían la libertad pero tenían que ir a la Prefectura cada 24 horas. No podían salir de la ciudad, pero el delgado les surgieron que nada pasará a ellos. Al cuarto día iban a la Prefectura y ellos “no les dejaron de salir, ni a él, ni a los otros. Oyó, como de lejos, una voz que decía: <<No hay por qué inquietarse. Iréis a un lugar donde estaréis muy bien...>> Era el veinticuatro de julio de 1936 cuándo avanzaban y viajaban por tren hacia su destino. Bajaron en Persignan. Quedaron allí tres días. Caminaban otra vez tres por tres y llegaron en Argelès. Entraban en el campo de concentración.

            Capítulo séptimo
En este Capítulo revela la relación entre Mónica y Miguel, y como los dos se ponen inseparables. “llegaban el uno al otro con sed, una sed que venía de muy lejos, de muy antiguo...Tenían que verse, tenían que estar juntos no se podían separar. No, no se podían separar”(p.371).
Mónica y Isabel luchan. Isabel se preocupa de Mónica y le pregunta donde va todos los días. La conversación parece de misma moda que una conversación del pasado cuándo todo pasó entre Daniel y Verónica, pero poco diferente. Empiece con la misma manera de hablar que es normal para Isabel.
“Tu vas a decirme adónde vas todas las tardes! Yo lo sé....lo veo. ¡Mónica, habla, será mejor para ti!...Crees que no sé adonde vas y a quién ves? Crees que no he visto que subes al bosque..como una perra? (págs.372-373).
Luego, Isabel trata de cambiar su moda de hablar con ella para suplicar a Mónica decirle que está pasando. Le surge a Mónica que quiere nada más que su bien. Trata de convencerle tener confianza en ella, “Ten  confianza en mí ,una sola vez, y nadie podrá ayudarte como yo. Te lo juro” Por fin Mónica le dijo a Isabel lo que siempre quería decir. “Ya estoy cansada de tus odiosas historias!... ¡De vuestras horribles historias de cuando yo aún no había nacido! ¿Qué me importa a mí todo lo vuestro?... ¿Por qué te preocupas de pronto de mí, Isabel? ¿Por qué? ¡Déjame sola, como cuando era pequeña, cuando me hería en un pie, y lloraba, y subía por el camino, y nadie venía a buscarme, y solo Sol se acercaba a lamerme la herida..!” (págs.378-379).
Mónica va a buscar a Daniel. Llega a su cabaña. No esta en casa, entonces ella le espera. Cuando regresa ella le dice que ha escapado de La Encrucijada y le pide si pueda quedarse con él. Los dos hablan y Mónica le pregunta de lo que pasa cuando se fue de la Encrucijada. Le pide contarle de las cosas que nadie ha explicado nunca a ella. Pregunta de la Verónica y que pasó con ella. Él da sus respuestas y pregunta a ella del chico. Al fin, Daniel le dice a Mónica que necesita volver a la Encrucijada. Ella se va de la cabaña y regresa a la Encrucijada.

            Capítulo octavo
En Hegroz prepara para la fiesta, la cena del día de la Merced.
Los pensamientos del pasado de Miguel están enfocados en el tiempo cuándo su madre se llevo a él hacia Francia y la escuela allá.
Era el 15 de octubre de 1938. Se fue por tren con tantos otros niños, viajando hacía la guardaría infantil Rosa Luxemburgo. La escuela era en el pueblo se llamaba Viladrau en Francia. En este momento el joven Daniel sabía (“tuvo un presentameinto”) que no la veré más a su madre (p. 419).
Les trataban bien en Rosa Luxemburgo. Comieron bien. Se aprendía leer y escribir. En el año 1939, llegaron camiones y los niños y el director los subieron. Cerraron a Rosa Luxemburgo. Se fueron y llegaron a un pueblo en Gerona. Les metieron en las escuelas viejas. Dolieron allí pasaban unos días.
           
<!--[if !supportLists]-->III.             <!--[endif]-->LA RESECA
Capítulo primero
Se viajaron otra vez por carretera y cruzaron a Francia. “Los metieron a todos en el Salón de Conferencias y Fiestas, de una Sociedad Recreativa y Benéfica, donde instalaron camas de tijera y unos tableros sobre caballetes”(p.432). Mujeres venían para adoptar a los niños. Una mujer, llamada Madame Erlanger adoptó a él. “Todo el mundo dijo que tuvo un gran suerte. Madame Pierre Erlanger estaba dispuesta a adoptar provisionalmente a un niño de aquellos. Era española, de Gerona”(p.434). Vivía bien y feliz con ella. Ella era, para él, “mezcla de madre, maestra, desconocida y familiar a tiempo”(p.435). Poco a poco aprendía el lenguaje francés, fue al colegio de Saint-Louis.
En el abril se mudaron a la costa, al mar. Allí vivían él y Madame. Pasaron feliz. Asistía la escuela allí. Tenía 11 años.
En junio cerró la escuela. Tenían intentos de regresar a la casa de Viladrau, pero no volvieron porque en el 3 de septiembre la guerra estaba declarado. Los pasos de la guerra le intereso mucho a Miguel.
           
            Capítulo segundo
El capítulo comienza con una reunión secreta entre Mónica y Miguel. Los amantes juntan en un lugar escondido, mientras que Lucía guarda para avisarles si alguien viene. Hablan de sus miedos inexplicables. Ambos sienten algún miedo pero no saben de qué. Miguel habla de regresando a Paris y ella quiere irse con él.
Pasa al pasado de Miguel. Era el año de 1944. Llegó el día que la Madame le dijo que su madre se reclamó y que ella quería que él regresó a su lado. Entonces, se despidió a la Madame y se fue de la Rue du Midi.
Regresa al presente de Hegroz. En la noche, cuando estaban preparando dormir, Santa le dijo a Miguel la razón que esta un preso, y lo que hizo venir allí.
           
            Capítulo tercero y cuarto
Llega el día de la Merced. La gran fiesta y cena comienza en la Valle de las Piedras. Describe la fiesta, y la cena.
Mientras que todo el mundo está preocupado con las fiestas, la comida, y los tragos, Miguel pone en acción su plan de escapar. Le dijo a Santa que deben ir a nadar en el río. Santa se anima y los dos van hacía el rió. Después de están fuera de la fiesta Miguel revela a Santa sus intentos verdaderos. “Me voy para la montaña...tendré suerte, estoy seguro...” Santa le dijo que estás loco, que aquel plan no va a suceder, que va a perder su vida. Santa quiere ir consigo, y refuta de dejarle. Santa dijo, “No te irás Miguel! No te irás!...Miguel, Miguel, no te dejaré marchar!” Miguel se enoja y siente una rabia tan fuerte. De prisa, saca un cuchillo y se mató a Santa. “Fue tan rápido que ni lo pudo reflexionar. Sacó la mano y le hundió el cuchillo, allí, entre las costillas que tan claramente resaltaban bajo la piel fina y pálida. Allí en el costado izquierdo, tirando al centro de pecho, donde suponía que estaba el corazón.
           
            Capítulo quinto hasta al fin
Es el día siguiente, el día después de la fiesta. Se despierte Daniel Corvo. Unas guardias de la Valle de las Piedras vienen a su cabaña avisarle que un preso ha escapado en la noche, que el chico-Miguel escapó. Le avisa que el chico ha matado a Santa.
Diego viene a visitar la cabaña de Daniel. Le cuenta sus sentimientos de lo que pasó con el chico. No entiende como el joven estaba capaz de matar a un amigo. Le pide a Daniel ayudarle encontrar el chico, porque nadie sabe mejor que Daniel éstas montañas. Daniel va en busca del chico.
Después de caminando muchas horas le encuentra cerca del nacimiento del río. Le cacha y le quita del cuchillo que el chico ha usado matar a Santa. Hincha sus muñecas y le cuenta andar. Al principio parecía que Daniel está llevándose atrás a la Valle de las Piedras, pero los dos van a la cabaña de Daniel y Daniel le dijo que tratará ayudarle, intenta de hacer lo que pueda ayudarle. Le esconde en una trampa y le dice que va a ayudarle cruzar las montañas cuando esta seguro de hacerlo. Así les dos esperan todo el día, Daniel en la cabaña y Miguel encerrado en la trampa- esperando el tiempo de salir.
Diego viene otra vez a la cabaña. Daniel le invitó. Bebieron tragos y Daniel le pregunta si todavía están buscando para el chico. Diego le dice que, sí, dice que nadie puede escapar de allí. Todavía está lloviendo.
En la Encrucijada Mónica está en casa todo el día por la causa de la lluvia. Marta lleva la noticia a Isabel que un preso ha escapado. Al oír esto, Mónica dice que no siente bien y necesita ir a la habitación. En vez de subir a su cuarto, ella va a la cocina buscar la Marta a preguntarla cuál preso era que escapó. Marte le dice “Ah, señorita, ahora que pienso: me creo que dijeron si era uno jovencillo... uno rubio, muy majo, que llamaban el chico”(p.592).
Todavía está lloviendo. Llueve hasta las once de la noche. Daniel oye golpes a la puerta. Al abrir la puerta encuentra Mónica. Ella empiece preguntarse si sabe lo de Miguel. Ella le dice que escapó de la Encrucijada de nuevo, y que ésta vez no regresará. Le pregunta a Daniel si puede pasar la noche allí en la cabaña. Daniel decide que bueno, ella puede quedarse por la noche.
Dentro de la trampa, Migue se da  cuenta de que es ella quien está arriba hablando con Daniel. Oye que ella vino y preguntó por él.
Daniel y Mónica pasan tiempo hablando. Ella no tiene sueña. Daniel escucha a ellos. Mónica se acuesta y duerme. Mientras que Mónica está durmiendo, Daniel abre la trampa y le dice a Miguel salir y irse. El chico no entiende el porque, pero Daniel ha decidido no ayudarle más. Daniel le dijo a Miguel que no despierte a Mónica, que deja la chica.
Los dos, Daniel y Miguel, se fueron de la cabaña. Otra vez Miguel, como preso, con el rifle de Daniel en los riñones. Daniel le dice a Miguel “vete”. Miguel entra la noche, solo, confundido, con un pie herido.
Daniel entró en la cabaña de nuevo. Ahora Mónica se despierte. Daniel le da una linterna y le dice irse de a cabaña. (todavía es medianoche).



Los capítulos de la novela

I.                    EL TIEMPO (Págs. 11-241)
 i.        Capítulo primero – Págs. 11-44
 ii.       Capítulo segundo – Págs. 45-59
 iii.      Capítulo tercero – Págs. 61-100
 iv.      Capítulo cuarto – Págs. 101-137
 v.      Capítulo quinto – Págs. 139-172
vi.      Capítulo sexto – Págs. 173-205
vii.     Capítulo séptimo – Págs. 207- 226
viii.     Capítulo octavo – Págs. 227-241
II. EL HAMBRE Y LA SED (Págs. 245-425)
  i.    Capítulo primero – Págs. 245-279
 ii.    Capítulo segundo – Págs. 281-297
 iii.  Capítulo tercero – Págs. 299-304
iv.   Capítulo cuarto – Págs. 305-312
v.   Capítulo quinto – Págs. 313-332
 vi. Capítulo sexto – Págs. 333-368
vii.  Capítulo séptimo – Págs. 369-405
 viii. Capítulo octavo – Págs. 407-425

III. LA RESACA (Págs. 429-659)
   i. Capítulo primero – Págs. 429-443
 ii.  Capítulo segundo – Págs. 445-463
 iii. Capítulo tercero – Págs. 465-476
 iv. Capítulo cuarto – Págs. 477-487
v.   Capítulo quinto – Págs. 489-504
 vi. Capítulo sexto – Págs. 505- 513
vii. Capítulo séptimo – Págs. 515- 525
viii. Capítulo octavo – Págs. 527- 544
 ix.Capítulo noveno – Págs. 545-584
x. Capítulo décimo – Págs. 585-59
  xi.Capítulo undécimo – Págs. 593-609
   xii. Capítulo duodécimo – Págs. 611- 638
 xiii. Capítulo décimo tercero – Págs. 639-659



Los trozos

Primer trozo (página 22)

Elías y el pequeño Daniel no estaban aún en la casa. Lo prefería;

Él, su mujer, sus hijos, solos allí. En aquella tarde última. Acaban
de comer, estaban en la terraza asomada al prado, al río
cercano. Entre las hierbas altas los lebreles perseguían
algo y saltaban, inesperadamente brillantes, como grandes
manchas de oro, bajo el sol. Él reposaba, medio echado
entre los cojines de su sillón de mimbres. El café
humeaba en las tazas, esparciendo un aroma tórrido. La
terraza de La Encrucijada estaba cubierta de césped cuidado, fresco.
En el ángulo izquierdo, daba la sombra enrejada, verde sedosa, del cerezo.
El sol atravesaba las hojas, caía sobre el mantel, y un tallo minúsculo temblaba
cerca de su taza. Él estaba quieto, silencioso, en n sopor dulce y espeso. El habano recién encendido entre los labios, los ojos perdidos más allá de los árboles que
estallaban de flor blanca, resplandeciente, dentro del fulgor de la tarde recién abierta.
La luz era caliente, dolorosa. La sombra de cereza se derramaba sobre él.
Era su rincón predilecto: oía el manar de la fuente, en el huerto, tras las piedras.
Como una riqueza segura, extraña y profunda. Sentía el rumor fresco,
la sombra, dentro de sí, con una plenitud con una seguridad consciente,
inamovible. Eran su tierra, su sangre, en pie, en torno a él.

Me gusta este trozo porque será bien analizar. Revela la descripción de los Corvo antes de los fracasos. Sería interesante analizar este trozo y comparar este época en la historia con a época que ahora (después de leyendo el libro) sabemos que va a venir.


Segundo trozo (páginas 367-368)

Tras las alambras, apareció a sus ojos una multitud

abigarrada, oscura, sentada sobre la arena. El viento
seguía soplando. Lejos, se distinguía algún que otro
camión español. Las voces arreciaron, como una seca
lluvia<<Allez, allez, allez!”>> Iban acercándose, él de los
primeros, casi a la cabeza de la columna, hasta legar a
las alambras. Sobre la arena se enclavaban infinidad
de pequeñas chabolas, hechas con mantas y estacas. Los
hombres y las mujeres tenían todos un aire común, borroso.
Eran seres iguales, amontonadas, callados, arropados
en sus mantas, chaquetas, sus abrigos. Alguno, de pie,
con las manos en los sobacos, daba pequeños saltos sobre la arena
Parecían enormes pájaros, absurdos.
El mar, negruzco, se rizaba en olas encrespadas. Un
gran frío les rodeaba. Un frío viscoso, penetrando a
través de la ropa, de la piel, hasta los huesos.

            A mi me gusta este trozo porque pinta un imagen vivido de lo que está pasando en este momento de la historia. Es un imagen de la humanidad en este momento. Describa la llegada de la gente al campo de concentración, pero no lo hace de manera directamente, lo hace con tantos detalles y imágenes y simbolismo.



Comentario personal sobre el libro

            La forma en que la novela está escrito es artística, poética. La autora toca las emociones del lector por la manera de describir los personajes. La forma de la novela es hermosa en cuánto a las descripciones del pasado e en cuánto a  la manera en que la autora pasa el lector entre el presente e el pasado.  Los diálogos interiores entre la historia están escritos como poesía que captura el lector, y se mueve al mundo de los personajes.
            Este aspecto de los diálogos interiores hace difícil de interpretar lo que está pasando en cada momento de la historia. A veces me pareció difícil de describir que estaba pasando en los capítulos porque había tantos cambios temporales entre los párrafos. Tengo miedo que a veces me escapó algún ocurrencia importante en la historia porque los cambios constantes me distraía.
            Sobre todo, me encantó leer este libro, pero me costó mucho leerlo, entenderlo, y resumirlo bien. Todavía me siento que hay cosas que podría entender mejor. Pero, así es la literatura. Creo que será difícil de dejar de trabajar en este libro. Intento de continuar pensando en los temas de este libro en el futuro. Quizás me ayudará dejarlo para un tiempo y regresar a leerlo otra vez en el futuro.
            Un aspecto importante en este libro es la repetición de las ideas y los temas que la autora presenta. No hay muchas cosas en el libro que solamente aparecen una vez y pasa a salir de la historia. Estoy emocionada aprender más de este libro, y continuar discutiéndolo.





9 comments:

  1. Dedra,
    He podido leer sólo un parte de tu resumen pero prometo seguir leyéndolo después de mi presentación. Yo sé que fué un libro difícil pero también fascinante. Hay muchísimo que aprender de este libro y me parece una muy buena idea que pienses en seguir reflexionando sobre él cuando se haya asentado un poco más en tu memoria.
    Quiero congratularte por anticipado.

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  2. perdóname, me di cuento que en el último párrafo de mi resumen dije "autor" en vez de "autora"...

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  3. Hola Dedra,
    Ésta fue una novela muy difícil. Gracias por resumirla por nosotros. Yo tampoco no he entendido todas las ideas que nos presenta la autora, pero será interesante discutirlas esta noche. ¡Nos vemos pronto! -KC

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  4. Dedra,
    Estoy de acuerdo de que la novela era difiocil y los dialogos interiores me confundieron mucho. Buen trabajo!

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  5. Pobrecita. Su resumen es casi tan largo como el libro, pero me imagino que escribir con tanto detalle haya ayudado a entender mejor este libro bien difícil. :)

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  6. ¡Buen trabajo, Dedra! :-D Sus detalles dela novela son muy interesantes y me ayudaron entender la novela más claramente. Sus trozos son buenos, también…el segundo me gusta especial debido al estilo del párrafo y la lengua. Muy muy bien :)

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  7. Gracias por ser tan detallada con tu trabajo. Me ayudó mucho.

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  8. Te escribo desde senegal, gracias por todo. Porque trabajo con esta obra mi tesina.Eso me ayuda mucho

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